Como todos, desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, tuvimos sentimientos muy encontrados. Saber cómo protegernos, qué podíamos hacer para colaborar dentro de nuestra capacidad, y cómo iba a ser la vida (en general, y en particular en nuestra afición y profesión: el deporte y la moda deportiva) cuando volviésemos a recuperar la rutina. En los primeros momentos nuestra intención era fabricar mascarillas o equipos de protección que pudiésemos aportar a los sanitarios. Eso -unido a que nos gusta investigar, saber y hacer las cosas bien- nos llevó a aprender lo difícil que era ofrecer una máscara que protegiese de verdad. Y, además, que permitiese hacer deporte. Queríamos ofrecer una máscara para deportistas de calidad, fiable y útil en esta situación para todos los que no quieren renunciar a su afición o profesión y desean hacerlo de forma segura. Hoy queremos compartir en este post lo que hemos aprendido sobre si un deportista puede (o debe) utilizar las máscaras de protección.
¿Qué dice la normativa?
En España el uso de las mascarillas es obligatorio para salir a la calle a partir de los 6 años de edad para protegernos y proteger a los demás del coronavirus, según queda recogido en el Real Decreto Ley 21 / 2020 9 de Junio, artículo 6.2. «… Uso obligatorio de mascarillas en la vía pública, en espacios al aire libre y en espacios cerrados de uso público o que se encuentren abiertos al público, así como en los transportes».
Sin embargo, hay diversas excepciones: «No será necesaria en el desarrollo de actividades que, por su propia naturaleza, impidan su uso. Tampoco será exigible en el caso de ejercicio de deporte individual al aire libre, ni en los supuestos de fuerza mayor o situación de necesidad o cuando, por la propia naturaleza de las actividades, el uso de la mascarilla resulte incompatible, con arreglo a las indicaciones de las autoridades sanitarias.(Esto podría hacer referencia para el deporte al aire libre, que es el caso donde no se comenta nada en el Real Decreto).
Aunque no queda claro a qué actividades se refiere, una de ellas es el ejercicio físico, ya sea profesional o amateur, según las autoridades sanitarias. Es decir, no es obligatorio utilizar la máscara para deportistas, no te pueden multar si no la llevas, pero se trata de una cuestión de responsabilidad individual. En tu mano está la posibilidad de autoprotegerte y proteger a los demás de la Covid-19.
¿Se puede hacer deporte con mascarilla?
En algunos países asiáticos es muy habitual que los deportistas utilicen máscaras para deportistas para protegerse de la contaminación ambiental, por lo tanto, sí se puede hacer deporte con ellas. Es cierto que la mascarilla dificulta la respirabilidad, y por lo tanto es más incómoda según la intensidad de la actividad física que se realice. Pero esto también depende del tipo de protección que se elija, del ajuste, así como del índice de respirabilidad (y si dispone de elementos para la expulsión de CO2).
Rebufo del deportista
El rebufo está considerado uno de los principales desencadenantes del contagio del coronavirus. La dispersión de partículas de saliva cuando alguien está corriendo, andando deprisa o montando en bicicleta es mucho mayor, al respirar, toser o estornudar. Estas partículas permanecen en el aire durante unos segundos, de tal forma que la persona que va detrás queda expuesta a ellas. La distancia social cobra aquí mayor relevancia y por eso los expertos aconsejan mantener una distancia de al menos 4-5 metros si se camina o 10 metros si se corre o pasea en bicicleta. Al adelantar a alguien debemos hacerlo a la mayor distancia posible. Si vives y practicas deporte en una ciudad ya sabes que es difícil respetar esa distancia de seguridad, así que el uso de una máscara protectora de la Covid-19 sería una buena medida de autoprotección.
Los metros se calculan teniendo en cuenta el peso de las partículas y su velocidad de caída, en relación a la velocidad de portador. A más velocidad del sujeto, mayor serán los metros. Esto se debe al factor «efecto túnel de viento» que se produce.
Uno de los pocos estudios es el realizado por Lindsay Bottoms (especialista en Ejercicio y Fisiología de la Salud en la Universidad de Hertfordshire), que se ha publicado en The Conversation. El estudio lo ha realizado sobre ella misma para ver determinados valores de oxígeno y CO2 con el uso de mascarilla o sin mascarilla, con el equipo de esgrima. Con respecto al dióxido de carbono, la experta indicó que «cuando se ejercita con la máscara de esgrima, permanece por debajo del 1%. Mientras que cuando se realiza con la mascarilla puesta se triplicó al 3%».
Necesidades respiratorias del deportista
Tal y como ya se ha establecido anteriormente, la realización de actividad física no puede ser equiparable a la actividad habitual y ordinaria.
Al realizar ejercicio se produce un aumento de la frecuencia respiratoria para realizar el aporte de oxígeno necesario al cuerpo. Dicho aporte de oxígeno se consigue mediante la ventilación pulmonar, es decir, mediante la inspiración (entrada de oxígeno) y expiración (expulsión del CO2).
Si el CO2 queda atrapado en la mascarilla, es posible que se vuelva a respirar, lo cual puede reducir la función cognitiva y el aumento de la frecuencia cardiaca. Asimismo, el aire “reciclado” que se respira puede contener menos oxígeno y por lo tanto ejercer una mayor presión sobre el flujo de aire. Indicar también que, al ser una respiración más intensa, esto provoca que el tejido de las mascarillas quirúrgicas se desgaste y se humedezca, generando alrededor de las cara y fosas nasales un hábitat propicio para un virus, lo que se denomina “microclima facial”.
Con todo ello nos encontramos ante el dilema del deportista (y de aquellas personas que por su situación no están obligadas al uso de mascarilla): no llevar máscara para poder practicar deporte ya que no es obligatorio y por lo tanto exponerse al contagio, o protegerse y no contagiarse, pero realizar la actividad en unas condiciones desfavorables para su salud.
Ante esta situación el uso de mascarilla con válvulas de exhalación ayuda al deportista, ya que le permite realizar su actividad minimizando los riesgos e incomodidades expuestos anteriormente, protegiéndoles asimismo de posibles contagios y evitando por lo tanto poner en peligro a su entorno laboral, social y familiar en aquellos momentos de “relajación social”.
Máscara con filtro para deportistas
Aunque el uso de la mascarilla no es obligatorio para los deportistas, el cómo autoprotegerse es una decisión y responsabilidad personal en función de las circunstancias en las que te encuentres. Por ello, y recogiendo las inquietudes de muchos deportistas, hemos desarrollado una máscara de deporte versátil, con dos filtros intercambiables, de protección bacteriana y vírica, y que disminuye los peligros que conllevan el rebufo gracias a su perfecto ajuste, así como las incomodidades y posibloes riesgos que pueden producir las mascarillas en la práctica continuada de deporte.
Una de las cuestiones que hemos tenido en cuenta es la respirabilidad para que resulte cómoda al hacer deporte. La respirabilidad es inversamente proporcional a la protección que ofrece el filtro elegido. Para mejorar la capacidad de respirar con comodidad, la máscara IDAWEN incorpora válvulas de exhalación, indispensables para la práctica deportiva, utilizando esta protección. Las válvulas permiten evacuar la humedad y el CO2 que se produce al respirar, pero no permiten la entrada de partículas externas. El índice de respirabilidad del filtro Lyocell® (que es uno de los dos que incluye nuestra mascarilla) es de 28 PA/Cm2, mejorando mucho al establecido por la UNE de 60 PA/Cm2.
Además, creemos que es clave para la comodidad que sea ergonómica, que ajuste bien -igual que con el resto de prendas deportivas- por lo que hemos añadido una pinza nasal, la posibilidad de elegir talla, un cierre de velcro y unos tejidos extra suaves para confeccionarla. Se ajusta perfectamente, por eso es muy cómoda y práctica, además de segura.
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